miércoles, 27 de febrero de 2013

Estrategias De Intervención

Algunas estrategias que pueden utilizarse en la intervención para lograr que un alumno no recaiga en el fracaso o que exista un bajo rendimiento, en el cual por consecuencia se de la deserción escolar son:
1.- Recompensar mediante el elogio o el reconocimiento los esfuerzos de los niños, no sólo el resultado final, adecuando las metas y las expectativas a sus capacidades.
2.- Cuidar el exceso de recompensas materiales haciéndolas depender de las consecuencias del niño. Si somos demasiado indulgentes, podría interferir en la motivación interna del mismo llevándole a actuar exclusivamente por la recompensa esperada y perdiendo la auto recompensa de la satisfacción del “trabajo bien hecho”.
3.- Enseñarle la autodisciplina estableciendo límites precisos y expectativas claras, guiándoles en sus tareas escolares no haciéndoselas, supervisando no controlando; si hacen sus deberes porque estamos ahí, en nuestra ausencia se negarán a hacerlos, porque la recompensa para él será nuestra compañía, nuestra atención, no el trabajo que él es capaz de realizar por sí mismo.
4.- Fomentar la pasión por el aprendizaje mostrando interés por sus trabajos, ofreciéndole nueva información, acudiendo con él a la biblioteca, visitando museos, navegando por internet, siempre adaptándonos a su capacidad de aprendizaje.
5.- Enseñarles a tolerar la frustración, el fracaso, a través de nuestro ejemplo y ayudándole a que lo vea como una oportunidad para crecer, para mejorar, tomando conciencia de la causa, creando y planificando posibles soluciones que le puedan ayudar en el futuro a no cometer el mismo fallo.
Ayudarles a desarrollar motivación y autocontrol, que les permitirá resistirse a los impulsos internos y a las tentaciones externas, siendo capaces de retrasar la gratificación y frustrándose con mayor dificultad.
6.- Una de las formas más efectivas para enseñar el autocontrol y la automotivación es enseñar a los niños a descomponer una tarea en pequeños pasos que sean fáciles de realizar y a que se enorgullezcan de ser capaces de realizar cada uno de dichos pasos. Los niños con bajo rendimiento pueden agobiarse y desalentarse rápidamente frente a una tarea, aplazándola continuamente e incluso no realizándola.
7.- Como vemos el rendimiento escolar no depende exclusivamente de la capacidad intelectual de nuestros hijos. Los padres tenemos un papel activo en el desarrollo del mismo y podemos ayudarles a hacer frente a las dificultades escolares. Es importante que conozcamos la o las causas que pueden estar interfiriendo en las mismas para darles solución. ¡Impliquémonos para mejorar la educación del niño!
8.- Atender el progreso académico y social de los niños, con énfasis en el nivel preescolar y en forma preventiva en los grados de transición. Señala el estudio que las características del estudiante en riesgo se pueden identificar en tercer grado. Identificar a este estudiante y atenderlo adecuadamente redundará en una mayor retención.
9.- Desarrollar un ambiente escolar positivo con directores y personal efectivo capaces de brindar atención a jóvenes en riesgo. Bajo esta estrategia se le brindará atención personal al estudiante en riesgo ya que muchos estudiantes manifiestan que la falta de atención de los maestros y directores ha sido causa principal del abandono de la escuela.
10.- Establecer expectativas altas en las áreas de asistencia, aprovechamiento académico y disciplina. Se ha comprobado que al mantener una expectativa alta de las ejecutorias de los estudiantes, estos desarrollan la autoestima indispensable para el éxito académico.
11.- Seleccionar y adiestrar maestros receptivos a las necesidades del estudiante en riesgo. Es importante que los maestros tengan la capacidad de escuchar para poder orientarlos en forma adecuada. Un punto importante que se señala en esta estrategia es la colaboración entre las universidades dedicadas a la preparación de futuros maestros. Se propone currículos de calidad y mayor rigurosidad en la aceptación de estudiantes candidatos a maestros.
Otras estrategias que ayudan de manera positiva a prevenir el fracaso son:
Actividades de recuperación
 Actividades extraescolares motivadoras
Que los aprendizajes sean significativos y relevantes
 Fomento de las técnicas de trabajo intelectual
 Orientación escolar
Escuelas para madres y padres
 Interés de profesores y padres por los problemas del alumno
Realización de estudios psicopedagógicos

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